1 Tesalonicenses 5:18
Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.

Dios está exhortando a la iglesia en este tiempo, así como lo hizo en el pasado a dar gracias por todo, pero los seres humanos tendemos a ser malagradecidos por naturaleza.
En los momentos difíciles y problemáticos se nos hace más fácil quejarnos, buscar culpables, tener razones para justificarnos, hacer de todo menos decir: ¡Gracias Señor! Por lo que tengo o por lo que no tengo.
Debemos examinar nuestro corazón y saber si nuestra prioridad es agradar y hacer la voluntad de Dios en nuestra vida.
Si es así, comencemos el día diciendo: ¡Gracias Señor! Por todo lo que permites hoy y lo que permitirás en mi vida hasta que tu vengas por mí.
Repítalo en todo momento y en todo tiempo, el dar gracias… independientemente de las circunstancias que en ese momento este atravesando.
Un Corazón Integro y Sincero toma esta frase cómo suya y declara cada mañana la Misericordia y el Favor de Dios en su vida y la de su descendencia. Sin importar los retos que tenga que atravesar.
Pronuncia palabras de bendición, de agradecimiento siempre para tu vida y tus generaciones, manifestando siempre plena confianza en el Señor, reconociendo que sólo Él tiene el control de nuestras vidas y conoce los propósitos y planes que tiene para sus hijos.
¿Por qué debemos dar gracias a Dios?
Por el terrible tráfico que muchas veces tenemos que pasar, por el atraso de ese dinero que te deben, por el resultado médico que no fue muy bueno, por la familia que te ha dado la espalda, por la iglesia que no te entiende, por todo debemos dar gracias…
Necesitamos ser un pueblo agradecido por todo lo que Él ya nos ha dado.
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Jeremías 29:11. Así que demos gracias por un nuevo amanecer, por el empleo que tenemos y por el trabajo que pasamos para mantenerlo.
Filipenses 4:6-7. Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.
Hebreos 13:15. Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de él, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesan su nombre.
La gratitud no va a cambiar las pruebas, desiertos, o circunstancias que estemos pasando, pero si puede cambiar las actitudes de nuestro corazón. Por eso nuestro corazón debe estar lleno de gratitud.